Su valor como estimador de la calidad industrial de las harinas era mayor dos décadas atrás, cuando no existían métodos rápidos para la medición del contenido proteico. Los modernos laboratorios cuentan hoy con aparatos que permiten medir el contenido de proteína. También se han ajustado procedimientos precisos y repetibles para la medición del contenido de gluten, que es el compuesto de base proteica responsable de la calidad panadera.