Se trata de un recurso fundamental para nuestras producciones, por lo cual se recomienda hacer un uso eficiente, seguro y racional
Daiana Susana HUESPE
El Agua es un recurso imprescindible para la vida y para que puedan suceder procesos biológicos, ecológicos, sociales y productivos. El agua para uso agrícola se utiliza para riego, lavado de equipos, preparación de soluciones de fertilizantes y productos fitosanitarios, prevención de heladas e instrumental utilizados en trabajos de campo.
Para reducir al mínimo los peligros de contaminación de las frutas y hortalizas que se consumen en fresco, se debe tener en cuenta los siguientes factores:
- Procedencia del agua, ya sea de pozo o fuente superficial como por ejemplo los canales. Debe estar libre de contaminantes fecales, sustancias peligrosas y patógenos.
- Análisis microbiológico del agua de riego y del lavado de frutos, realizados en laboratorios autorizados. Debe incluir el análisis químico que detecte: residuos de pesticidas y/o metales pesados.
- También se deben tener en cuenta las características y requerimientos del cultivo.
Realizar un uso eficiente implica conocer el ciclo de los cultivos, los requerimientos hídricos en cada etapa y seleccionar un sistema de riego que permita cubrir tales necesidades, siempre minimizando pérdidas de agua y erosión.
El tipo de riego empleado puede ser superficial o presurizado. Existen diferentes métodos de riego aplicables: riego por escurrimiento superficial por surcos y presurizados por goteo y aspersión.
El uso de sistemas de riego por goteo se está incrementando en los cultivos intensivos por su facilidad de manejo, posibilidad de fertirrigar y la mayor eficiencia en el uso del agua.
Para más información:
Referencias
- Argentina
- La Pampa
- General Acha